La calda razionalità di Ramón Esteve

Ramón Esteve, arquitecto y diseñador español muy activo también en Italia, es el autor del proyecto del Casa en La Cañada (La Casa en el Valle). Una arquitectura moderna, de volúmenes racionales y estética esencial, rodeada de un hermoso jardín con piscina. El principal deseo de la propietaria era tener una casa tranquila, cerrada y protegida, pero al mismo tiempo abierta al exterior.

El arquitecto ha respondido a estos deseos con un edificio horizontal, de planta cuadrada, con espacios amplios y conectados casi sin solución de continuidad mediante aberturas que siguen direcciones precisas.

Casa en La Cañada, el proyecto

El efecto de transparencia hacia el exterior se ha conseguido gracias a unas amplias paredes de gran altura, con telas minimalistas incrustadas en las paredes y vetri scorrevoli a scomparsa. Además, un sistema de láminas de madera permite modificar la exposición al sol y la vista desde el exterior.

Para poner de manifiesto la horizontalidad de la arquitectura, Ramón Esteve ha previsto un solo piano por encima del nivel del suelo, adaptado a la zona de noche y de día, mientras que la cocina y los locales de servicio están en el entrepiso. Salvando la diferencia de cuota con respecto a la calle y enalteciendo el jardín, el arquitecto ha conseguido un nivel que no es visible desde el exterior.

En particular, la elección de la entrada, un gran cortile ricovato dallo "svuotamento" al centro del volume costruito, que ricorda un atrio della domus romana. Y que responde también a la necesidad de reunir las distintas alas de la casa.

Siguiendo siempre el modelo de la arquitectura clásica de Roma, que preveía un impluvium, la zona de entrada de La Cañada está impregnada de una piscina que, con sus rizos, crea un efecto de dilatación de los espacios.

En la fachada principal de la casa, una gran estructura de piedra caliza blanca decora el patio, rodeado de agua. Sobria es la elección de los muebles, diseñados por el diseñador español y dispuestos con parsimonia en los amplios espacios interiores, en los que dominan las esencias de la madera, los tonos neutros y el blanco. Con las velas, contrapuestas a los porches de los muros de piedra, lascivos a la vista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir